martes, 1 de septiembre de 2009

Espejitos de Colores

Dicen las "malas" lenguas que, cuando Colón y/o los conquistadores españoles llegaron a América, deslumbraron a los nativos (de culturas un poco más primitivas) con espejitos de colores. Los ofrecían como si tuvieran un valor incalculable a cambio de oro, plata y cuanta cosa de verdadero valor encontraran en su camino.

Esta historia, real o no, fue posible debido a la falta de conocimientos de los nativos.

Hoy las cosas no son muy diferentes, lo que mata es la ignorancia, no es la humedad.

Así, hay sectas, pseudos-religiones y hábiles líderes de la mercadotecnia, inescrupulosos todos, que lucran con la necesidad de la gente, con su dolor, con su desesperación. Y ofrecen soluciones mágicas porque saben que un alma en pena, con una auténtica y desesperada necesidad de hallar una solución rápida, pagará el precio que sea para poder ingresar al privilegiado mundo de quienes compran espejitos de colores.

Así surgen "iglesias", a las que sus fieles aportan su diezmo sin sospechar que el fundador de la misma construyó una mansión (digna de un jeque árabe) con los ingresos de quienes - de buena fe- intentan dejar de sufrir de una buena vez.

Otro caso curioso es de los expertos en el impacto masivo de los comerciales de TV, que no dudan a la hora de plagiar algunas ideas de los gurús de autoayuda y lanzan al mercado un producto que le promete al consumidor que conseguirá todo aquello que desea con sólo visualizarlo.

Así, lo que en algún momento estuvo "de moda", vale decir, analizarse, comprometerse con un cambio personal profundo, mirar(se) hacia adentro, etc., hoy ha sido reemplazado por una moda más dinámica y “facilista” que el tedioso psicoanálisis de antaño o las psicoterapias breves más modernas.

¿Para qué perder el tiempo estudiándonos o intentando comprender nuestra psiquis y nuestras emociones cuando tenemos soluciones mágicas al alcance de la mano?

Aparentemente, las terapias están "demodé". Además, hacer terapia o ponerse a estudiar un poco acerca de algún tema de psicología en particular requiere mucho esfuerzo, mucho trabajo. Trabajo de verdad. Trabajo que implica reconciliarse con el lado bueno y el no tan bueno que cada uno de nosotros lleva adentro.

En un mundo más que superficial, ¿quién quiere perder el tiempo analizándose cuando la solución radica en elevar las plegarias al señor universal - previo pago del diezmo correspondiente - o con visualizar simplemente que estamos rodeados de oro y prosperidad hasta que nuestros deseos se materialicen solos?

La vida no es fácil, no suele ser color de rosa. En los países occidentales (al menos en algunos) tenemos opciones, en otros países o culturas no las hay.

Pero en el mundo facilista e ingenuo de hoy, ser realista es mala palabra, ser realista y tener sentido común equivale a ser pesimista. Lamentablemente, bajo esa bandera facilista, ganan los más astutos, los más inescrupulosos, aquellos que no tienen ningún problema en lucrar a costa de dolor ajeno, del sufrimiento del prójimo o de las necesidades de los demás.

Civilización y barbarie se han fusionado. Se ha desdibujado el rol espiritual de las filosofías espirituales y se han tergiversado los valores de las religiones puras. El engaño adrede es moneda corriente. Siempre que haya un mercado ávido de consumir espejitos de colores, habrá quienes los fabriquen y los vendan a buen precio. Los compradores agradecidos, eligen el autoengaño como una forma rápida de "solucionar" sus problemas.

Me gustaría saber qué piensan un padre o una madre jóvenes que acaban de perder a su pequeño hijo de sólo dos años, luego de un terrible accidente.

¿Qué se les dice en ese caso? ¿Se les dice que si tocan una piedra sagrada y aportan una ofrenda en efectivo dejarán de sufrir por esa pérdida irreparable ¿O se les dice que si visualizan a su hijo, lo atraerán de nuevo a la vida?

Yo me pregunto, ¿tan mal está la gente que tiene esa imperiosa necesidad de comprar espejitos de colores superficiales y usarlos para solucionar cualquier problema? ¿Hubo alguna fuga de neuronas masiva y nadie se dio cuenta?

Honestamente, daría todo lo que tengo (muchos años de diezmos) si pudiera atraer comida con sólo visualizarla para alimentar a todos los niños que mueren de hambre en el mundo, cada minuto. Tristemente, esto no es posible. La realidad es una sola. Los espejitos de colores son sólo eso: espejitos de colores, no son una solución mágica.

El mundo es mucho más grande que eso. Mucha gente sufre. Muchos niños y ancianos mueren de hambre cada día, y me juego la cabeza que lo único que pasa por su mente -constantemente- es la vívida imagen de un plato de comida.

Pero bueno, vaya uno a saber... A lo mejor no lo visualizaron con suficiente fuerza o - como decía Olmedo –
“Si no me tienen fe...”

3 comentarios:

  1. conoces lo que es FE, mira a tu alrededor y verás que desde lo mas remoto de la historia del hombre este siempre a necesitado creer en algo, hay esta la respuesta.

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  2. Así es, serafinas. Se trata de tener Fe. Y eso es una elección y decisión personal. Por mucho que a uno le inculquen o no le inculquen una determinada Fe (religiosa o espiritual) desde niño, es cuando nos convertimos en adultos con un pensamiento independiente, que decidimos si vamos a conservar esa Fe o desarrollar nuestra Fe (en caso de no haber sido inculcada en la niñez). Creer o no creer es una decisión propia de cada persona, independientemente de cuán consciente sea cada persona acerca de decidir si acepta su Fe o elige sus creencias. Coincido plenamente en que el hombre siempre ha tenido necesidad de creer en algo. Y cada uno elige en qué desea creer, sea consciente de ello o no.

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  3. todos buscamos una salvacion, que no existe. Buscamos o queremos algo que luego no es lo que parecia. Sufrimos por conseguirlo y para que? No existe la verdad absoluta y la historia lo demuestra, con el paso del tiempo nos fuimos dando cuenta que la ideas cambian y la gente tambien por eso lo digo. No crean en los espejitos de colores, las apariencias engañan, no todo lo que brilla es oro....

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